Carmona recuerda a uno de sus paisanos mas internacionales y que mas lejos han llevado el nombre de su pueblo natal, Miliki un carmonense universal que siempre se sintió orgulloso de decir que había nacido en Carmona, tus paisanos no te olvidan.
Adiós al ultimo payaso de la tele
Emilio Aragón, el popular Miliki, llevó el circo a
los platós y alcanzó una enorme fama junto a sus hermanos.
La tele era en blanco y negro. Era el año 1973,
Franco aún no había muerto y España vivía entre sombras. Pero cada tarde se
escuchaba en miles y miles de casas de todo el país un atronador ¡bieeeeen! El
augusto Gaby había salido a la carpa de El gran circo de TVE para preguntar:
"¿Cómo están ustedeeeees " Poco después aparecían en escena, con sus
enormes zapatos y camisones, sus hermanos Fofó y Miliki. Las generaciones de
niños españoles, entre 1973 y 1981, crecieron a la hora de la merienda bajo el
influjo del trío. La saga perdió la medianoche del domingo a su último
superviviente. Emilio Aragón Bermúdez, Miliki, falleció a los 83 años en la
Clínica Rúber de Madrid, donde ingresó hace unos días por una neumonía. Fofó
murió en 1976, en pleno éxito del programa, y Gaby, en 1995, cuando el circo de
la tele ya era un imborrable recuerdo con el legado de unas canciones
imperecederas.
A ver quién no ha tarareado, y no solo los hoy
cuarentones y cincuentones, hits como Había una vez un circo, Hola, don Pepito,
La gallina turuleca, Susanita tiene un ratón, Mi barba tiene tres pelos, El
auto feo, Cómo me pica la nariz, Feliz en tu día... Ese repertorio y unos
sketches de humor inocente y bobalicón hicieron de Gaby, Fofó y Miliki tres iconos
de la tele.
Miliki y sus hermanos saltaron a la fama un año
después de su regreso a España tras haber hacer las Américas las tres décadas
anteriores. Nacido en Carmona (Sevilla) en 1929, Emilio Aragón estaba llamado a
ganarse la vida en una carpa por genética. Su abuelo Pepino fue el primer
payaso de la familia. Su padre Emilio (Emig) ya había formado otro trío de
clowns con sus hermanos Pompoff y Thedy.
Fue con este con quien Miliki hizo su debut en un
circo. Apenas era un bebé de un año y surgía del enorme chaleco de su tío para
bailar un charlestón. Cuando acabó la guerra civil, se unió a sus hermanos
mayores para formar un inseparable grupo. En 1947 se fueron de gira cuatro
meses a Cuba ante una oferta que cambió su vida. Gaby, Fofó y Miliki, por ejemplo,
llegaron a inaugurar las emisiones de televisión en la isla. Además, Emilio
Aragón conoció a la mujer, Rita Álvarez, con la que estuvo casado seis décadas
y allí nacieron tres de sus cuatro hijos, incluido Emilio Aragón Álvarez, que
fue el payaso Milikito, luego actor de éxito y hoy es uno de los hombres más
influyentes del sector audiovisual español.
Los cuatro meses se prolongaron casi 30 años, tiempo
en el que los payasos lelvaron su humor más allá de Cuba y llegaron hasta EEUU.
Miliki siempre recordaba sus seis meses de gira con Buester Keaton o que Harpo
Marx se quería llevar al trío a Hollywood. Esa fama no llegó a España en
tiempos de autarquía y poca comunicación con el exterior. Sin embargo, los
directivos de TVE sí tuvieron noticia de su éxito en el Canal 13 de Argentina,
a principios de los 70, y propiciaron su retorno para el que sería uno de los
programas legendarios de la tele española.
La exitosa fórmula se tambaleó con el temprano
fallecimiento de Alfonso Aragón, Fofó, a los 53 años. Miliki, muy afectado,
llegó a abandonar por un tiempo un programa al que se fueron incorporando en
sus diversas etapas otros descendientes de la saga: Fofito, Milikito y Rody.
Una década después de su estreno, los payasos de la
tele cerraron su carpa catódica. Miliki formó entonces un tándem con su hija
Rita Irasema. Con ella grabó discos, hizo una comedia musical y representó
programas infantiles en Antena 3 y Telecinco. Esa presencia habitual en la
televisión no hizo que Emilio Aragón olvidara su cuna artística. Así, de nuevo
con su primogénita, creó El Circo del Arte, una vuelta a los orígenes que
coincidió con su debut como escritor, con el libro de memorias Recuerdos
(1996). Asimismo, regresó a otra de sus pasiones, la música, con la publicación
de un disco, A mis niños de 30 años, del que llevó a vender 900.000 copias en
1999, en el que recuperaba las canciones de los payasos. Apartado de los focos,
el viejo clown dedicó sus últimos años a escribir novelas. “Mi padre dedicó su
vida a sus dos grandes pasiones, su trabajo y su familia, y creo sinceramente
que en las dos triunfó y pienso que su legado quedará por generaciones".
La frase de Emilio Aragón Álvarez definía en el tanatorio a un payaso de mirada
amable y siempre alegre que arrancó la risa de generaciones de niños españoles.